(CuídatePlus) El impacto cuando a una mujer, con o sin pareja, le dicen que la mejor opción, o la única, para poder tener un hijo es la ovodonación es, cuando menos, importante.
Ante la encrucijada de decidir si realizar un programa de ovodonación pueden surgir muchas ideas. Algunas provocadas por la sorpresa, otras por el miedo a lo desconocido, otras porque no conocían esa opción, y las más porque sienten que no aportarán nada a un futuro hijo ya que su genética no estará presente. CuídatePlus ha hablado con tres expertos en reproducción asistida para poner sobre el papel los miedos más comunes al enfrentarse a la ovodonación -o donación de gametos- y poder resolver dudas y mitos.
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¿Hay más tasas de ansiedad y depresión en ovodonación?
Aunque la ansiedad puede aparecer por el simple hecho de participar en un proceso de reproducción asistida, como parte de la frustración que surge por querer ser madre y tardar más en conseguirlo, el hecho es que realizar un proceso de ovodonación no eleva el riesgo de que aparezca más ansiedad, depresión o depresión posparto. “Su aparición tiene más que ver con el perfil psicológico de la mujer más que con el origen de los gametos”, dice Muñoz.
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Y en cuanto a que el estrés o la ansiedad puedan interferir en el éxito de la implantación, Gosálvez se muestra tajante: “El estrés o la ansiedad no influye en el éxito de la implantación a diferencia de lo que muchas personas puedan pensar. Un buen trabajo en equipo entre los médicos, los psicólogos y los pacientes conseguirán que el paciente esté más feliz y siente mayor bienestar durante los tratamiento, pero en el caso de que esto no suceda y la paciente tenga ansiedad, esto no perjudica la implantación”.
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